Definimos nuestro estilo propio de educar como “Pedagogía del corazón”. Es la pedagogía de la gratuidad, la ternura, la paciencia, la atención al pobre, al débil y al pequeño. Esta pedagogía es viva y abierta, es creativa y se adapta a la realidad que tenemos delante, abriendo caminos y creando sendas de encuentro para sacar lo mejor de cada uno de nuestros alumnos. Podemos concretarla en una serie de rasgos fundamentales:
PEDAGOGÍA DEL CORAZÓN

Contemplamos la realidad
Contemplamos la realidad para hacerla parte de nosotros. En nuestros centros vivimos un estilo familiar de escucha, diálogo e interés verdadero por cada persona.

El centro es la persona
El centro de nuestra educación es la persona y formar su corazón. Queremos llegar al corazón de nuestros alumnos, a lo más profundo de sus deseos y sentimientos porque sólo desde ellos se realiza la transformación de la persona.

Acompañamiento
Entendemos la educación como acompañamiento a cada persona que respeta los distintos dones, ritmos, capacidades e intereses del alumnado.

Diversidad
Atendemos a la diversidad en cualquiera de sus formas, de manera que no se dé por perdido a ningún alumno.

comunidad
Nuestro estilo educativo es comunitario: todos los miembros de esta comunidad son imprescindibles para llevar a cabo la misión que compartimos.

ternura y firmeza
El trato con los alumnos combina ternura y firmeza para crear personas de corazón fuerte y libre.

Educar es amar
Somos educadores: creemos en nuestros alumnos y los queremos. Educar es amar.

Reconciliación
Buscamos la justicia en el amor; comprometidos con la justicia, los derechos humanos, la paz y la reconciliación.

Mundo
Nuestra escuela tiene un corazón universal, abierto al mundo entero y a todas sus realidades.