¡FELIZ NAVIDAD!

En un año en el que la incertidumbre, la desesperanza y el caminar hacia un horizonte incierto han sido nuestros compañeros de camino, necesitamos, más sí cabe, celebrar con hondura lo que va a acontecer: que todo un Dios decide salir de sí, abajarse y venir a nuestro encuentro, a nuestro desamparo, a nuestros límites... a dar alivio a nuestras heridas y horizonte a nuestra desesperanza. ¡Celebremos que no estamos solos... que Jesús elige caminar a nuestro lado, codo con codo!

Aunque sean unas Navidades diferentes, aprovechemos para hacer visible el Amor que se nos regala en estos días en nuestras familias, en los encuentros familiares, aunque sean más reducidos, en las miradas, palabras, gestos, y que en cada uno de ellos se nos note que no estamos abandonados, que somos abrazados por la ternura de todo un Dios.

¡Feliz Navidad!





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